Andrés Avelino Gutiérrez Moral

para fraile se metió a estudiar en la Escuela Apostólica de Tardajos.
A punto estuvo de darles la razón a sus paisanos, que de­cían:
¡Ese, fraile! No tardará en volver ¡Es imposible que persevere
tan buena pieza! Y el caso fue que le picó la mosca, sin que le
aprovecharan, ni poco ni mucho, los conse­jos sabios de los
respetables y reverendos Padres, sus profe­sores; mas Dios, que cuando quiere aprovecha incluso con el veneno, se sirvió de un apostoliquillo para reducir al rebelde, cuando mismo, maleta en mano, se disponía a abandonar el Colegio…
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