Manuel Aranda Espejo

Manuel alternaba el trabajo del campo con la enseñanza que recibía de un maestro idóneo. Era alegre, inteligente, fuerte… un muchacho normal en su ambiente. La práctica religiosa en el lugar era mínima; su familia, creyente, respetuosa con Dios… no se salía del común, aunque aspiraba a algo más. Un sacerdote, de muy tarde en tarde, visitaba la aldea…
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