Amancio Marín Mínguez

El cabecilla de aquellos sicarios, Peña, le propuso cínicamente: Si quieres ir al frente a luchar a nuestro lado, te perdonamos la vida; a lo que respondió prontamente el Fraile: Jamás iré a luchar a favor de los enemigos de mi Dios. Por la tarde organizaron un horrendo escarnio por las calles de Binéfar, con la chusma desatada en denuestos, calumnias, obscenidades, sarcasmos, haciéndole llevar entre las manos atadas a la espalda algunos preservativos…
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