Ricardo Gil Barcelón

Vigilados por milicianos comunistas y anarquistas por su vida coherente con el Evangelio, el 1 de agosto de 1936, alrededor de las 10 de la mañana, los dos orioninos fueron detenidos repentinamente, a pesar de las protestas del pueblo que los respetaba. No era la primera vez que los milicianos se presentaban en la puerta del piso de la calle Zamenhof n. 16/3a, con la intención de arrestar al sacerdote y su colaborador; pero la gente siempre los había defendido. Los milicianos llegaron allí con la excusa de inspeccionar el apartamento porque, según su información, había bombas. Fue solo un pretexto; de hecho, no encontraron nada más que un baúl con libros de oración y ropa personal.
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