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Ficha

Nombre Civil: José María
Fecha de Nacimiento: 20/10/1914
Lugar de Nacimiento: Vilches (Jaén)
Sexo: Varón
Fecha de Martirio: 03/10/1936
Lugar de Martirio: Cementerio de Úbeda (Jaén)
Orden: Laico
Datos Biográficos Resumidos:
20/10/1914 – Fue bautizado en la Iglesia San Miguel de Vilches
En Reus la familia Poyatos Ruiz abrió una tienda de comestibles para ayudarse en su trabajo; por algunos años estuvo al frente de ella José María y este pequeño comercio fue testigo de la generosidad y caridad de nuestro mártir: en ella repartía a los necesitados tanto como vendía; de este modo, el negocio se venía abajo y junto con los tiempos que corrían, con el consentimiento de los padres marchó a Úbeda para trabajar allí en una fábrica de orujo.
Mientras llegaba el momento de entrar en la fábrica, tanto José María como María del Castillo -su hermana- decidieron trabajar en la recolección de aceituna, ella como recogedora y él como acarreador con las caballerías; el trabajo se lo proporcionaba su tío Diego.

Ambos jóvenes se mostraron buenos trabajadores, rindiendo lo que debían y con la alegría de poder aportar algo a la economía familiar. El trabajo agrícola era bien duro y especialmente la recogida de aceituna por darse en pleno invierno con días cortos, trabajo que se iniciaba y se terminaba de noche, por el frío, la lluvia y los barrizales de los caminos y los campos, pero José María lo asumía con fortaleza y buen camino, decidido a seguir ayudando en la casa con su trabajo fuera el que fuera y convencido de que pronto entraría en la fábrica.
Padres e hijos veían las circunstancias económicas adversas con la voluntad de Dios, de las que saldrían con la misma voluntad del Padre de las Misericordias. Así era la fe de aquella familia y que, creía día a día en el corazón del joven José María.
Él trabajo de la recogida duró unos días, estamos en Diciembre de 1935; el tío Diego sintió perder a dos tan buenos obreros, pero se conformó en bien de sus sobrinos; por fin, nuestro José María se incorporó a las tareas de la orejura; ahora se planteaba el tema del transporte; entre Rus ÿ Úbeda había un servicio de tranvía, el llamado «de la Loma», ero los horarios eran incompatibles con los de la fábrica, así que José María comenzó a hacer el recorrido andando.
José María conectó muy rápidamente con la parroquia de San Nicolás de Bari, y, allí solicitó pertenecer a la Acción Católica. Su condición de aspirante de Acción Católica, le llevó desde el primer momento, a ser testigo de la fe y de Cristo ante sus compañeros de trabajo, por lo que quedó rápidamente fichado, después perseguido y finalmente expulsado de su trabajo. «Ser apóstol y mártir si acaso…» decía el himno que cantaba aquellos jóvenes.

José María llevaba una honda vida religiosa y de piedad, oración profunda y vida interior, contacto íntimo con Dios: Se rezaba todos los días el Santo Rosario, la celebración de la Santa Misa y la Comunión frecuente, visita diaria y Adoración al Santísimo, mantenía buena relación con sacerdotes y religiosos, lo que le ayudaba a tener una buena dirección espiritual y con su ayuda iba progresando en la formación cristiana. El lema de estudio, oración y acción de la Acción Católica, lo estaba llevando a la práctica. Todo esto era alimento para la acción del apostolado y en el servicio de los más necesitados.

Biografía extendida

DATOS BIOGRÁFICOS EXTENDIDOS:
PERSECUCIÓN Y MARTIRIO:
El ambiente creado en la República contra lo religioso, el anticlericalismo y la falta de respeto a todo lo cristiano, y , a quienes trataban de vivir la fe, creció en modo desmedido en la entrada de 1936. La situación de Úbeda, revuelta social, laboral y políticamente como en toda la provincia de Jaén. Muy pronto, José María, comenzó a sentir una sotorrada persecución de parte de algunos compañeros de trabajo en la fábrica misma, a la salida o entrada de ella: la razón claramente era por ser cristiano y no esconderse de serlo.
Presiones ante un conflicto laboral: intentaron, presionándole, que participara en un comité para pedir aumento de sueldo, él se negó pues quería ser libre y porque la revuelta no le parecía justa.
La fábrica extractora de aceite, cayó en manos de un comité de trabajadores, destituyendo a los dueños y directivos. Todos decidieron despedir a José María, menos el encargado y el personal de oficia; eso sí; muy «democrática y legalmente», firmando todos en contra de él por tener ideas contrarias a la de ellos y dándole lo que le correspondiera por «despido».
Supo del incendio de la Iglesia de Reus y de la detención de su padre y de casis todos los varones de la familia. Todo le hacía sufrir, pero a la vez veía más claro su fin y se preparaba para ello; apenas salía de la casa, leyendo, orando, meditando.

Supo también de un grupo de milicianos que hacían guardia cerca de la casa con el propósito de disparar contra él nada más que verle salir; así se lo avisó una vecina, después de prometer y jurar que no lo dirían a nadie. La situación de los hermanos Poyatos Ruíz, se hacía insostenible, sin trabajo, sin ingresos, prácticamente vigilados y el varón casi detenido en casa, la familia expulsada de Reus, y, o detenida… María del Castillo pidió auxilio a Don Alfonso Moreno, quien después de escucharle atentamente, no vio más salida que proponerle salir de Úbeda, les proporcionaría una ambulancia – nadie los detendría, pues esa eran las órdenes – irían como enfermeros y sólo hacía falta que decidieran el lugar donde querían ir pero siempre dentro de Jaén; los hermanos, sospecharon pros y contras, al fin decidieron declinar la oferta, todo era muy arriesgado y ¿dónde ir?
José María, tenía la conciencia clara de la proximidad de su martirio, no sólo eran las predicciones que sobre el tema había hecho, sino la certeza de los hechos que atenazaban cada vez más la libertad y con ella su vida. Con frecuencia hablaba y reflexionaba con su hermana de la muerte y de lo que le esperaba, siempre que hablaba de la muerte su rostro se iluminaba y tenía expresión de vida, de vida eterna.
Decía: «En el cielo me uniré a los que me esperan, y, desde allí, pediremos y lograremos el triunfo de la fe en España.

Tanto es gozo que demuestra hablando de la muerte, que la hermana le dice si es que no le gusta vivir, a lo que él responde:
«Desde luego que la vida así es triste, han matado a tantos que conocía y quería. Pero como a mí no me va a gustar vivir. Es lástima que me maten a los 21 años. Quedaría Melchor en la casa, pero él sólo para todo. Trabajo le tiene que costar afrontar la situación y terminar los estudios, pero Dios le ayudará. Tú has de verlo y estará con ello. También Antonia, cuanto está sufriendo, estará y morirá con vosotros. Por otro lado, ¡qué dicha perder la vida por salvar el Alma. Todos hemos de morir, pero de esta forma es seguro que se salva el Alma. No sientas Dios, está con vosotros».
El 03/10/1936, fue detenido y llevado ante la Cruz que hay a la entrada del cementerio de Úbeda. Allí, los disparos de las armas de los asesinos republicanos, milagrosamente, fueron incapaces de cruzar el pecho de José María, quien gritaba: «¡Viva Cristo Rey!»
Este dio lugar a una mayor furia en sus verdugos que con un disparo le rompieron el cuello y lo asesinaron. Así terminó dando la vida por Aquél a quien tanto había amado, o, dicho de otro modo; correspondió en la propia vida a Aquel que ya lo había dado por toda la humanidad en la Cruz; Cristo, Jesús.

¿En qué lugar reposan sus restos mortales?
En el cementerio de Úbeda (Jaén)

Fecha de Beatificación: 13 de octubre de 2013, en Tarragona

Fecha de Canonización: Aún no está canonizado

Fiesta Canónica: 3 de octubre
6 de Noviembre, Festividad de los Mártires de la Persecución Religiosa en el Siglo XX

Fuente:
Héroes de ayer y de hoy (página de Facebook)