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Ficha

Nombre Civil: Facundo
Fecha de Nacimiento: 04/08/1881
Lugar de Nacimiento: Ocejo de la Peña (León)
Sexo: Varón
Fecha de Martirio: 17/08/1936
Lugar de Martirio: Carretera de Andalucía – Madrid
Orden: Religioso Profeso de la Orden de Frailes Menores Capuchinos
Datos Biográficos Resumidos:
Como hijo de padres labradores, vivió dedicado a las labores propias del campo hasta la edad del servicio militar. Una vez que
hubo cumplido ese deber para con la Patria, licenciado y vuelto a la rasa paterna, manifestó sus deseos de ser religioso, y, decidido a seguir la voz de Dios, abandonó el mundo.
31/12/1908 – Toma de hábito en Basurto (Bilbao), cuando contaba con 27 años de edad, profesando allí mismo al año siguiente, y, pasado el tiempo con los votos simples, profesó solemnemente en 1916,
Su vida se condensa, como la de todo Hermano lego de nuestra Orden, en la oración y el trabajo, y los trabajos que le fueron encomendados por los Superiores, al menos desde 1915 hasta su muerte, fueron los que lleva consigo la administración de una revista.

El Mensajero Seráfico, revista dirigida por los Padres Capuchinos de la Provincia de Castilla, fue la que ocupó casi por completo sus actividades, unas veces en la imprenta y otras en la administración. En ello trabajó con todo el interés que pudo, lo mismo cuando estaba solamente como ayudante de la Administración como cuando estuvo al frente de ella, propagando la revista con verdadero cariño y entusiasmo, cuidando de ella como de cosa propia. A esto se debió, sin duda alguna, el que llegara a tener nada menos que 19.000 suscripciones, cifra superada por muy pocas revistas españolas de su género.
Y ese mismo interés que puso en la revista, sabía Fray Aurelio ponerlo en todas cuantas cosas le encomendaba la obediencia, fuesen de incumbencia de la Orden o de algún religioso en particular. Por eso frecuentemente los Superiores solían echar mano de él en asuntos materiales, a veces delicados, que exigían gran confianza y plena seguridad. Por lo demás, fue designado socio del P. Provincial durante varios trienios.
No estuvo de familia en otros conventos que sepamos, fuera de Madrid y El Pardo; formó parte de la comunidad de este convento hasta 1919, en que al ser trasladadas a Madrid la Dirección y administración de El Mensajero Seráfico, también él fue destinado a este convento, donde permaneció hasta el 20 de julio de 1936.
Sencilla en extremo, como se ve, fue su vida, en la que hemos de señalar, como distintivo y nota especial, su gran laboriosidad: difícil en extremo hubiera si1do el encontrarle una sola vez ocioso y sin hacer nada. Hagamos también notar lo atento y servicial que siempre fue para todos, religiosos y seglares, principalmente para con los suscritores de la revista. Muchos fueron los que al finalizar la guerra se interesaron por su suerte, sabiendo que le había tocado vivir en Madrid al estallar el Movimiento, y muchos son, asimismo, los que recuerdan con gratitud su nombre y están agradecidos a los servicios que les prestó. Supo con ello atraerse muchas simpatías, a lo que contribuyó no poco su carácter alegre, abierto y franco.

 

Contaba con 55 años y 26 años de profesión

Biografía extendida

Datos Biográficos Extendidos:
Martirio:
Como los otros religiosos, también él busco el 20 de julio de 1936 amparo y refugio en casa ele una familia conocida suya, en la calle de Antonio Maura. Aquí estuvo escondido sin ser molestado para nada hasta mediados del mes de agosto, hasta el 13, según toda probabilidad. En esa fecha, como medida de prudencia y precaución, y no creyéndose seguro por temor a los registros, dejó dicha casa para dirigirse, según nos han manifestado los dueños de ella, a una pensión de la calle del Pez, cuyo nombre y dirección no hemos podido investigar. Sabemos con toda certeza que llegó a dicha pensión, pues desde ella telefoneó a sus antiguos protectores de la calle de Antonio Maura, diciéndoles que había llegado felizmente.
Algo debió notar o le debieron decir quizás, y no será desacertado juzgar fuese relativo a la documentación; el hecho es que en ese mismo día de salir de la casa de Antonio Maura, se presentó en la de otro amigo suyo de la calle de Lope de Vega, señor Izquierdo, donde primeramente estuvo refugiado Fr. Primitivo de Villamizar, también asesinado posteriormente, casi un año después. Al llegar a dicha casa, según nos ha manifestado el señor Izquierdo, venía todo fatigado, sudoroso y con todas las trazas y aspecto de religioso. Eran poco más o menos las once de la mañana. Allí se le invitó a quedarse a comer tranquilamente e incluso se le ofreció cariñoso hospedaje, cosa que él rehusó. Mas dichos señores, teniendo en cuenta su aspecto inconfundible ele religioso y temiendo fundadamente su pronta detención, si llegaba a topar en la calle con algún miliciano, no quisieron en modo alguno saliese así y decidieron proporcionarle ropa adecuada con que pudiese pasar un tanto despistado. A tal efecto salió la señora de la casa con la intención de comprarle un mono; no pudo hallar ni uno siquiera, por lo que se decidió a llevarle una especie de gabardina o guardapolvos, unas alpargatas que pusiese en lugar de las botas que llevaba y una gorra de visera para que así despistase aún más.

No queriendo ser más gravoso a aquella familia, optó por marcharse a otra parte, a casa de un’ conocido suyo o pariente, que-según él mismo manifestó-vivía en la carretera de Extremadura y era guardia de Asalto. Dio las gracias a sus bienhechores y entregó la cédula personal que llevaba ele religioso capuchino: «no quería le cogieran con aquel documento», despidiéndose de ellos y diciéndoles al mismo tiempo que, si para las dos no había vuelto, era señal de que se había quedado en casa de su pariente, y, consiguientemente, que no le esperasen ya para comer. No obstante las muchas instancias que se le hicieron de que no se aventurase a salir de aquella manera, el, resuelto y decidido, salió de allí en dirección del Puente de Toledo y carretera de Extremadura.
«¿ VIVE AQUI AURELIO DE OCEJO?”
Dieron las doce … la una … las dos … y Fr. Aurelio no había vuelto. Sus amigos de Lope de Vega se pusieron a comer. Luego de haber terminado y poco después de las tres, un miliciano llama a la puerta y sin más preámbulos pregunta:
«-¿Vive aquí Aurelio de Ocejo ?»
«·-Sí, señor- contesta la dueña de- la casa.»
«- Haga el favor-añadió el miliciano-de entregarme el sombrero, un paquete que tiene aquí (dicho paquete contenía solamente los utensilios de la limpieza) y la americana.“
Todo ello se lo habían proporcionado en la calle de Antonio Maura, amén de unas botas que el miliciano no quiso llevarse.

Mientras la señora le hacía el paquete de todas esas cosas, preguntó al miliciano:
«-¿Dónde tienen ustedes a este señor?»
«-Está-respondió el miliciano-en Radio Comunista, Sector Sur del Puente de Toledo. Puede usted ir a preguntar por él si quiere verle.»
«-No le vayan a hacer ustedes nada-añadió la señora; es up hombre bueno, un infeliz, incapaz de hacer mal a nadie.»
«-Pero si es que este hombre está indocumentado»,
-replicó el miliciano.
«-Claro está: no deben ustedes de extrañarse de ello; había venido de su pueblo a ver algunos parientes y familiares de Madrid y con el jaleo de la guerra se le ha extraviado la documentación.»
«-¿ Pero cómo se le ha ocurrido a este hombre ir por esos sitios sin documentación alguna?»
«-Nada .tiene de extraño: iba precisamente a visitar a un pariente suyo que vive en la carretera de Extremadura. :’
Aun insistió la señora, diciendo que nada le hiciesen, que era un infeliz, que nada había hecho.
«-Pues mire-replicó el miliciano-: todo depende de que conteste sí o no a la pregunta que se le ha hecho.»
La señora no se atrevió a inquirir qué pregunta era aquella de la que dependía su suerte; mas el lector fácilmente lo adivinirá a no dudarlo.

Ya en la puerta, y cuando el miliciano comenzaba a bajar la escalera, volvió a insistir la señora con la misma súplica:
«Se lo pido por lo que más quiera; se lo pido por su madre: no le hagan ustedes nada». «Le vuelvo a repetir a usted -contestó de nuevo el miliciano-que todo depende de la respuesta que dé a la pregunta que se le ha hecho.»
El miliciano bajó rápidamente la escalera, montó en una camioneta que estaba a la puerta y donde se hallaban otros milicianos y partió calle de Lope de Vega abajo, con rumbo desconocido.
EN LA CHECA
¿Qué es lo que había sucedido con Fr. Aurelio? No lo sabemos a ciencia cierta, aunque con los datos que anteceden sea fácil suponerlo. Con seguridad que, como tenía forzosamente que atravesar calles y sitios por donde merodeaban muchos milicianos, alguien debió pedirle la documentación o quizás sospechar fuese religioso, y le detuvo, llevándolo luego a la checa comunista del Puente de Toledo.
Hay, además, un pormenor muy significativo que desde el primer momento llamó mi atención y que ha de tenerse muy presente. Fray Aurelio, según nos ha manifestado su amigo de la calle de Lope de Vega, al llegar a su casa, iba
muy bien afeitado, de modo que se conocía perfectamente que lo había hecho aquella misma mañana. En cambio, en la fotografía que poseemos de su cadáver aparece con barba de unos cuantos días, y, por cierto, que al identificar sus restos para el traslado, esta barba un tanto crecida se podía apreciar sin dificultad alguna.
Todo ello nos hace suponer, teniendo en cuenta por otra parte la fecha de su salida de la casa de Antonio Maura, que debió estar detenido en la checa o en algún otro centro varios días. Además, en la fotografía del cadáver se pueden percibir sus facciones como de persona que ha sufrido bastante. ¿Sería quizás durante esos días que suponemos duró su cautiverio, sometido al tormento y horribles torturas a que estaban expuestas las personas que caían en manos de los milicianos y eran llevadas a las checas, sindicatos o Casas del Pueblo? No es aventurado el suponerlo, sino, muy al contrario, todos esos pormenores nos dan pie para asentar esa afirmación.

Lo que podemos asegurar con certeza, por tener para ello datos oficiales, es que en la mañana del día 17 de agosto apareció su cadáver en la carretera de Andalucía, y a las siete ingresaba en el Depósito Judicial, siendo consiguientemente ese día y lugar cuando y donde fue vilmente asesinado.
Dos días más tarde, el 19, fue inhumado en el cementerio de la Almudena en caja y sepultura aparte, siendo así fácil encontrar sus restos e identificarlos. Todo fue llevado a cabo sin dificultad alguna, pues las señales, notas y datos coincidían en un todo con la fotografía sacada en el Depósito Judicial; al exhumarlos para su traslado, se conservaban en muy buen estado, casi en su integridad, y la carne bastante fresca, debido, con seguridad, a que se hallaba a grande profundidad en la sepultura.
Fue solemnemente trasladado de la Almudena a la cripta de los Capuchinos en la Sacramental de San Isidro, el 9 de julio de 1940, ocupando en ella el nicho primero de la tercera fila del compartimento central a mano derecha según entra, donde, asimismo, fueron depositados los cuerpos de los otros que han podido ser encontrados e identificados.

¿En qué lugar reposan sus restos mortales?
En la cripta de los capuchinos en la Sacramental de San Isidro (Madrid), el 09 de julio de 1940.
¿En qué fecha fue Beatificado?
El 13 de octubre de 2013, en Tarragona
¿En qué fecha fue Canonizado?
Aún no está canonizado.
Fiesta Canónica:
17 de agosto
06 de noviembre, Festividad de los Beatos Mártires de la Persecución Religiosa en España durante el siglo XX
Fuente:
Mártires Capuchinos de la Provincia de Castilla en la Revolución de 1936, Padre Buenaventura de Corroceda O.F.M. Capuchino.