Llegaba a Toledo en 1934 con una actitud generosa, sin reservas, dispuesto a dar todo lo que le exigiera esta consagración religiosa, sin límites en el tiempo ni en el esfuerzo. Aquí fue asesinado, el 23 de agosto de 1936. Cuando sufrió el martirio, junto a sus hermanos de la comunidad marista de Toledo, pudo presentar al Señor su vida bien vivida y muy rica en frutos de santidad…
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